martes, 14 de julio de 2020

Carmen y Pepe, una fórmula explosiva

Cuando uno ya tiene algunos años y echa la vista atrás de forma sosegada, es capaz de reflexionar sobre su trayectoria sin dramas ni aspavientos. Es capaz de ver a los amigos con perspectiva, sin prejuicios y sin dramas. Simplemente observa el camino y va dibujando en el mapa de su vida un trazado cada vez más claro y conciso.

Cada uno tiene una tendencia y, seguramente, un destino, pero muchas veces nos cuesta mucho reconocerlo y tener la entereza para seguirlo. Cuando Pepe y Carmen me contaron el proyecto de Serva Terram lo tuve claro. Sin duda es la unión de dos fuerzas que han recorrido caminos distintos, lejanos el uno del otro, pero en busca del mismo fin.

Serva Terram lo forman dos personas llenas de intensas y ricas experiencias profesionales y personales que dotan a esta cooperativa de un gran conocimiento en diversas áreas.

No hay nada más emotivo, gratificante y entusiasta que trabajar junto a alguien en quien confías plenamente y para algo en lo que crees con firmeza y cuando los ves juntos te das cuenta de que es así.

Pepe y Carmen coinciden en muchas cosas (en otras no tanto) pero sobre todo en el amor al trabajo. Trabajando se expresan, desarrollan su gran capacidad creativa, contagian a los demás con su entusiasmo en cuantos proyectos emprenden y son incansables.

Para ellos los demás siempre han sido importantes. Nadie les ha tenido que concienciar sobre la importancia de nuestro entorno, sobre la libertad de expresión o sobre el respeto a los derechos humanos. Desde que los conozco, hace ya décadas, son idealistas por naturaleza, honestos sin remedio y profesionales exigentes.

Los que los conocen saben que no exagero y que tampoco lo hago si auguro a Serva Terram un gran futuro. Además, les aseguro que si esta cooperativa crece, en su andadura creceremos todos.

Todo mi cariño para vosotros.

Alfonso López

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